Triste borracho que moras en mi
ansías ante todo el olvido
borrar de tu memoria aquel tiempo feliz
y destruir los buenos momentos vividos.
Bebes y bebes y vuelves a morir
te autodestruyes y yo no te lo impido.
Un tsunami de ginebra
para arrancar de cuajo su belleza.
Una ríada de buen ron
para ahogar las voces del corazón.
Inundaciones del rojo vino
para arrasar nuestro destino.
Desbordamientos de cerveza
para vaciarte la cabeza.
Y cuando llevas un grandísimo mareo,
y de tu mente las penas quitas...
¡Ya no se quién es! ¡Ya no la veo!
y entonces... vomitas
vuelven de nuevo los recuerdos,
te das asco... y resucitas.
