Cuando al son del mar las olas danzan
y el brillo de tus ojos el cielo calma,
la alegría y la ternura al sol abrazan
inundando los recodos de mi alma.
Cuando la luz de las estrellas te ilumina
y nos vigila la solitaria y apenada luna
en el monte el amanecer se detiene encima
y la dicha y el calor el corazón acunan.
Cuando el color y la belleza abandonan a las flores
para posarse en tu alegre y bella sonrisa,
de tu cuello, tu fragancia y sus olores,
me arrastran suavemente con la brisa.
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